Te me fuiste, de la nada, sin aviso. Te fuiste.
Lo irónico fue que esa semana todos le dedicaron un tema a alguien que no estaba con ellos: a un abuelo, una madre, un padre... Y vos, vos estabas. Y no se me hubiese pasado por la cabeza que nunca mas te iba a volver a ver. Que no ibas a estar en el estreno, que no ibas a cumplir tus 90 años, que no ibas a estar nunca más en la mesa de los domingos "gritando" y al lado mío.
Me mata llegar un domingo a las 7 de la tarde y que vos no estes sentada en el banquito al lado de papá cocinando y charlando con él. Me mata ver tu casa sola, y saber que no estas porque nunca volviste de Córdoba.
Siempre te creí eterna, invencible, que ibas a vivir hasta pasados los 100 años, porque nunca demostraste problema alguno.. Eras graciosa, vivías feliz y contenta, y a pesar de que hace unos meses te había "achanchado" un poco seguías siendo una persona que irradiaba alegría y vida.
Me quedé con tantas cosas, con tantas preguntas que esa semana me había prometido hacerte cuando volvieses de tu viaje.
Te amo, y te voy a amar siempre, como lo hice desde que tengo memoria. Y espero te hayas reencontrado con el abuelo, y le hables de mi, de Santi, de Nico (como les hablaste a los tíos), de como canto, de mis sueños.
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