Debes llorar todo ese dolor, toda la tristeza, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando llorás no sólo llorás el dolor, también llorás el odio, el resentimiento, la frustración y te vaciás de todo eso. Cuando llorás, regás y tal vez algo florezca, porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte tuya que muere, cada lágrima es algo tuyo que quiere renacer.
Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que solamente las cosas son como son y no por eso han de ser malas. Las cosas son como son: bellas, duras, inexplicables, complicadas, hay de todo en la vida, obstáculos, sin sabores…. Llora mucho, pero luego ríe porque eso hacen las esperanzas, lloran todo lo que esperan, pero ríen sabiendo lo que vendrá.
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